En las últimas décadas, el aumento de la capacidad económica de la clase media y trabajadora ha significado un aumento considerable de los hábitos de consumo de la población en general, y como resultado del mismo cada vez tenemos la casa más llena de todo tipo de trastos y artilugios, algunos de los cuáles no llegamos a utilizar o usamos más bien poco durante nuestra vida.
Paradójicamente, este aumento en la capacidad adquisidora de la población se ha visto contrapuesta a la cada vez más costosa capacidad para adquirir pisos y casas, dado el aumento en los precios de alquiler y compra de los mismos.
Por lo tanto, nos encontramos con un problema de almacenamiento en los hogares y viviendas de muchos españoles, que terminan con la casa a rebosar de todo tipo de objetos personales y útiles diversos, de los que no quieren o pueden desprenderse pero a los que no dan un uso y que ocupan un enorme espacio en sus domicilios.
En los últimos años y en parte en consecuencia de todo esto que hemos comentado, los negocios especializados han observado un enorme aumento de solicitudes de alquiler de trastero.
No es algo que deba extrañarnos, puesto que la solución que ofrecen dichos habitáculos pensados y construidos para almacenar es realmente económica en comparación con el gran gasto que supone el alquiler o compra de una casa más grande en la que poder guardar todos esos bienes.
Es normal, por lo tanto, que muchos españoles se interesen por el alquiler de trastero, que a fin de cuentas sirve como una despensa externa, estancia que antes se hallaba en la gran mayoría de viviendas pero que se ha ido perdiendo con el tiempo a causa de la reducción de espacio en los pisos actuales.
El alquiler de trastero es por lo tanto una gran solución tanto por su capacidad de almacenaje como por el ahorro que supone, conservando los objetos pertinentes ordenados y a mano siempre que se requieran sin tener que desembolsar una gran fortuna.
Ello repercute también en la posibilidad de ordenar de forma correcta nuestra vivienda, sin todos esos bienes u objetos que no sabemos dónde poner, logrando así una armonía y un aprovechamiento mejor de la superficie del hogar en sí.
Además, hoy en día uno puede contratar el alquiler de trastero en lugares mucho más céntricos y próximos al domicilio, al contrario que en tiempos anteriores donde los conjuntos de trasteros, fabricados uno al lado del otro, se encontraban habitualmente en la periferia o en polígonos industriales de un acceso menor o más engorroso.
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